Seguro que alguna vez has escuchado hablar de la Lista Robinson. Se trata de una lista totalmente gratuita en la que puedes registrar tu número de teléfono (e incluso tu correo) para que sea ilegal recibir llamadas comerciales en tu móvil Xiaomi.
Si ya estabas registrado y sigues recibiendo este tipo de llamadas, te alegrará saber que es ilegal, aunque tiene unos cuantos peros y varios detalles que hay que tener en cuenta, ya que no siempre que se reciben puede tratarse de una ilegalidad.
No querer recibir llamadas comerciales es un derecho
Tanto la Ley General de Telecomunicaciones como el Reglamento General de Protección de Datos consideran que si un usario no quiere recibir llamadas comerciales está ejerciendo un derecho, y por lo tanto, cualquier comercial que le llame estando registrado en la Lista Robinson estará cometiendo un delito.
Debes saber que si, mediante un correo electrónico, una llamada anterior o un SMS en tu móvil Xiaomi te has comprometido a recibirlas con, por ejemplo, tu operador, recibirlas no será ilegal, ya que tú lo has consentido.
El reglamento es claro: estando en la Lista Robinson, es totalmente ilegal recibir una llamada con locuciones automáticas, ya que es nuestro derecho oponernos a ellas. Pero si además recibes llamadas de un comercial (humano) de otra compañía, ya sea de teléfono, de seguros o cualquier otro servicio, podrás denunciarlo.
Una de las consecuencias que podría acarrear la compañía que ha realizado la llamada desde una multa económica que podría ascender a 10.000 euros. Eso sí, hay que saber cuándo debemos denunciar, ya que recibir una sola llamada no debe ser motivo de denuncia.
Si recibimos una llamada no deseada, hay que notificar al locutor que estamos inscritos en la Lista Robinson y, si esa llamada se vuelve a repetir en reiteradas ocasiones, entonces sí que podremos poner una denuncia, como ya ocurrió en 2021.
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La noticia
Es ilegal recibir llamadas comerciales en tu móvil Xiaomi, y a la compañía le puede caer un multazo
fue publicada originalmente en
Mundo Xiaomi
por
Carlos Pedrós
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