Cada vez que un fabricante presenta su nuevo móvil, el componente interno que más atención recibe es el SoC (System-on-chip), también conocido simplemente como “procesador”. Estamos hablando del Snapdragon 8+ Gen 1 del Asus Zenfone 9, del Google Tensor del Pixel 6, o del Exynos de algunos Samsung Galaxy.
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Estos chips son considerados los más importantes y los que realmente marcan la diferencia en un móvil, al determinar no sólo la potencia, sino también las características técnicas y capacidades del dispositivo. Pero en realidad, cualquier dispositivo moderno tiene chips menos conocidos pero igual de importantes, sin los que funciones básicas como llamar por teléfono no serían posibles. Y ahora, el mercado sufre su carencia.
El problema de los chips baratos
Esa es la gran advertencia de C. C. Wei, CEO de TSMC y, por lo tanto, máximo responsable de que los chips de nuestro móvil se hagan realidad; TSMC es el mayor contratista del sector, encargado de fabricar chips bajo demanda, y prácticamente toda la industria depende de su producción. Por eso, las palabras que ha compartido esta semana en un evento, obtenidas por Bloomberg, pueden tener un efecto notable sobre todo el mercado.
Wei ha avisado que TSMC ya no puede responder a la demanda de chips de gama baja en sus fábricas más veteranas, y que, por eso, se está viendo obligada a construir nuevas plantas de producción, que posiblemente acarrearán subidas de precios para sus clientes. Lo chocante es que estas nuevas fábricas se ocuparán de diseños de chips muy básicos, como es el caso del nuevo sitio en China que iniciará producción en el cuatro trimestre del año y que se centrará en diseños de 28 nanómetros. Si tenemos en cuenta que muchos de los últimos procesadores han dado el salto a los 4 nm, nos podemos hacer una idea de lo extraño que esto resulta. No son los últimos chips los que están provocando un ‘cuello de botella’ en la industria, sino los ‘viejos’.
De hecho, Wei ha dado detalles muy concretos (algo raro en este tipo de declaraciones), que demuestran lo extraña que es la situación; afirma que un simple chip de radio que cuesta 50 céntimos está bloqueando la producción de coches que cuestan 50.000 dólares, aunque evidentemente, no ha aclarado qué fabricante es el afectado.
La propia TSMC también está sufriendo. Una de las máquinas que usa durante la producción, llamada EUV (sistema de litografía ultravioleta), usa un chip que cuesta sólo 10 dólares pero que su suministrador está teniendo problemas en obtener.
Wei es pesimista, y cree que la era de una cadena de suministro global y eficiente ha terminado, haciendo referencia a que cada vez más países están fomentando la producción local de chips; pero cree que eso no reducirá los costes de producción por culpa de la inflación.
No todas las voces de la industria se suman a ese pesimismo, y uno de los suministradores de TSMC afirma que esperan tener un mayor control sobre el suministro a finales de año o principios de 2023, pero sin garantía alguna de ello.