Cuando Apple decidió lanzar su tarjeta de crédito en 2019, tuvo que buscar una entidad financiera a la altura. Escogió a Goldman Sachs. Un banco de prestigio incuestionable con el que en Cupertino creían que iban a poder construir una relación fructífera. La mejor tecnológica y la financiera líder, juntas. Es imposible que algo así salga mal. ¿O sí?
Pasó un año y llegó la pandemia. La situación de crisis económica coyuntural comenzó a agravarse, los usuarios de EE.UU decidieron hacer lo que hace siempre en estas circunstancias: refugiarse en el crédito, y la expansión fue todo un éxito. El problema fue ese, que nadie estaba preparado para que llegase a tantas personas tan rápido, y las consecuencias están siendo devastadoras para Goldman Sachs.
Un negocio de todo menos redondo
Para entender el fracaso económico de esta operación, es necesario analizar las causas que lo rodean. El Covid y su confinamiento tuvieron dos consecuencias clave en esto: el aumento de los créditos, y el crecimiento exponencial de las compras por internet. No hay más que ver el 220% de ingresos que tuvo Amazon durante esta.
Cuando aumenta la necesidad de crédito, aumenta el número de usuarios de tarjetas de ese estilo, como la Apple Card. Por otro lado, el que durante la pandemia prácticamente todo se comprase por internet, supuso un auge de las estafas, reclamaciones, devoluciones, etc. Todo ello tiene que ser gestionado por el emisor de la tarjeta, que de por sí cuenta con menos personal del habitual por la propia pandemia. Y eso que a priori todo tenía la mejor pinta posible:
“Los usuarios de Apple Card podrán abrir la nueva cuenta de ahorros de alto rendimiento y tener su efectivo diario depositado automáticamente en ella, sin cargos, sin depósitos mínimos y sin requisitos de saldo mínimo”. — Goldman Sachs
Es una tormenta perfecta. Aumenta el número de usuarios de la Apple Card, lo que ya en sí mismo supone un mayor número de reclamaciones a gestionar por Goldman Sachs. Además, el consumo online se dispara, lo que hace que haya aún más reclamaciones. Y por si fuera poco, el número de empleados gestionando esas reclamaciones decrece. Lo peor es que el problema no acaba ahí, también aumentan los impagos. De todos modos, eso ni siquiera es el problema, es su causa.
En EE.UU, como en cualquier país con una regulación estándar, los bancos que ofrezcan productos de crédito tienen que guardar un porcentaje de dinero para cubrirse frente a los clientes que no respondan ante sus deudas. En el caso de la Apple Card y Goldman, todo lo que comentábamos antes ha supuesto que hayan tenido que reservar 1.300 millones de dólares, que no pueden computar como ingresos, y, por tanto, calculan unas perdidas de 1.000 millones.
American Express podría sustituirles
Finalmente, este acuerdo gestado durante el verano de 2022 se fue al traste. The Wall Street Journal señaló la mala noticia: Apple se estaba preparando para terminar su acuerdo con Goldman Sachs. Poco después se rumoreó que American Express parecía haberse enterado de esto y se habría puesto en contacto con ambos para ver si puede hacerse con el negocio. Algo que podría tener una consecuencia muy favorable para el usuario promedio.
Lo que está claro es que apenas tres meses después, Apple frenó Apple Pay Later. Con tipos de interés disparados (entre el 5 y el 6%), Apple Pay Later se quedaba fuera de iOS 18. Con la relación rota, recordemos qye American Express tiene licencia para emitir tarjetas de crédito en prácticamente todos los países del mundo, por lo que la expansión de la Apple Card sería mucho más fácil y rápida.
Además, la gestión de reclamaciones sería más ágil porque la llevaría directamente la empresa al ser la que emite la tarjeta, mientras que las de la actual pasaban primero por Mastercard y luego por Goldman, lo que ralentizaba innecesariamente todo el proceso, y ha sido una de las razones del fracaso de la Apple Card. Quién sabe, puede que todo esto acabe propiciando una expansión mundial de la Apple Card.
Como fuera, Goldman Sachs todavía mira con ojitos a Apple y recomienda invertir en ella comprando acciones. Y es que si hace apenas seis meses Apple caía de ser la empresa más valiosa del mundo, descolgándose de los 3 billones, para ser la tercera, adelantada por Microsoft y Nvidia, que marcaba un crecimiento meteórico, Apple ahora lidera con calma. Ya bordea los 230 dólares por acción, y todo gracias a Apple Intelligence.
Una versión más antigua de este artículo fue originalmente publicada el 27/07/2023.
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La noticia
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Isra Fdez
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